Cambio de perspectiva
¿Qué sentirá el árbol solitario con sus pies enterrados y sus ramas que se elevan como brazos, quizás, en plegaria?
¿Soñará con dejar su terruño y emigrar como sus amigas,
las aves?
Las aves lo visitan, y mientras descansan, le describen sus viajes, los paisajes increíbles y agraciados que recorren, los infinitos amigos que dejan por donde sea que van. Refieren coloridos cielos y dorados campos, gigantes rocosos y océanos profundos y enigmáticos.
El árbol escucha y se siente desolado.
En las noches de tormenta, recurre a la fuerza del viento e intenta levantar sus pies para correr a esos lugares que imaginó tantas veces. Pero no puede escapar. Ese lugar es su prisión.
¿Por qué le tocó ese destino?
Quiere ser ave, no árbol.
¿Cómo cambiar aquello que está tan lejos de sus posibilidades?
De pronto entiende que no debe luchar contra su propia naturaleza. Acepta su destino de árbol y comienza a apreciar las virtudes y ventajas.
No debe buscar alimento ni luchar por él. Esas raíces que creía que lo tenían atrapado, son las que lo unen a la vida.
Esas ramas que suponía que lo ayudarían a implorar para salir de allí son las que brindan hogar a sus amigas las aves.
El cielo que le regala sus perlas de vida es tan sublime y colorido como aquellos de los cuales le han contado.
Y los perfectos campos que lo rodean tienen la magia que combina los colores de una paleta interminable.
Ve claramente que el suyo es un destino infinitamente bello y ya no es en pedido de auxilio que su copa se eleva, sino para agradecer y festejar la vida. Esa vida de árbol que ahora comprende y aprecia, simplemente por haber podido apartar la mirada del entorno para observar en profundidad lo que realmente es.
Un eslabón más en la perpetua cadena de la existencia.
publicado en la antología "Le´Croupier 8" - Ediciones Croupier - 2017 pág 31
Comentarios
Enhorabuena.
Enhorabuena.